viernes, 1 de julio de 2011

Bye bye English family

Hace 16 meses cogí un avión destino a London Heathrow acompañada de mi maleta de 23 kilos, mi portatil, un abrigo gordo de invierno, 200 libras y sin saber lo que me esperaba a la salida.
Cuando salí por la puerta de "llegadas" de la terminal 5 vi a un padre con un niño de 11 años y un cartel en el que ponía mi nombre. Yo iba dispuesta a darles la mano, "son ingleses", pensé. Pero me dieron dos besos. Ahí ya me di cuenta de que todo iba a ir bien.
Llegamos a casa después de 1 hora y media dándole la vuelta a la M25. La madre me recibió con un té y unas pastas, todo muy inglés. Yo no podía ni hablar, mi inglés era pésimo y estaba muy nerviosa.

Desde ese día y durante los últimos 16 meses he vivido con ellos, comido con ellos, me he llevado a los 3 niños a España de vacaciones, hemos ido juntos a conciertos, al cine, a barbacoas... Son mi otra familia. Con ellos he aprendido la mitad del inglés que sé, me han enseñado costumbres, me han apoyado en todas mis decisiones... También hemos discutido como hacen las familias.
Y hoy me voy. Mi cuarto está vacío, todas mis cosas están metidas en maletas y sólo queda mi maquillaje, la ropa que me voy a poner hoy y el portatil desde el que escribo esto.

Voy a echar de menos a G llamándome "bocadillo", a K pidiéndome prestado mis bolsos y mis pashminas, a W cantando ópera a las 7 de la mañana de un domingo, a la madre diciendo "see you this evening", al padre haciendo bromas, incluso echaré de menos a Ziggy, el perro.
Pero este es el momento de dejarlos. Se que estarán siempre ahí y que me invitarán a todos los teatros de los niños, me mandarán una postal por mi cumpleaños donde sea que esté y siempre serán "my English family".

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