K: ¿Puedo comerme una magdalena?
Yo: ¿Me prometes que te comerás toda la cena?
K: Sí, claro.
Yo: ¿Qué pasa si no te la comes?
K: Hmmmm... me quedo sin postre 2 días.
Yo: Trato hecho.
K: ¿Qué pasa si no me como el plato?
Yo: Una semana sin postre, helado y galletas.
K: Pero, no puedo comerme el plato, nadie puede comerse un plato, los platos no se comen.
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